"Estamos trabajando muchísimo con las poblaciones sobre su derecho a ser consultados"
14/07/2011 .- Roberto Carrasco pertenece a la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, Misión Santa Clotilde en el Distrito del Napo, en la Provincia de Maynas (Loreto) y nos habla acerca de los impactos que causan las empresas petroleras y los proyectos de infraestructura en la zona del río Napo y el Putumayo.
¿Cuál es la situación de los proyectos de extracción y de infraestructura en la zona?
En nuestra jurisdicción patronal existen tres empresas petroleras Perenco, francesa e inglesa en el Lote 77, al lado de ellos están Repsol, empresa española y en el norte, en el Lote 121, la empresa norteamericana SubAndean. Estas tres empresas ya tienen trabajando unos dos años, ya terminaron toda la parte que se llama la sísmica y ya están en la parte de pasar de la fase exploratoria a la extracción. Además, el Napo es una vía fluvial que está dentro de la IIRSA; según el estudio que realizó una empresa uruguaya que presentó su informe el año pasado a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, se manifestó que no es factible la draga en el río Napo, porque es uno de los ríos que puede estar con buena profundidades en una zona y playa en otra, entonces el temor de la gente es que si se draga se afectaría el estilo de vida, sobretodo, de las comunidades indígenas presentes.
¿Cuáles serían los más graves impactos?
Las empresas petroleras han llegado aquí con la expectativa de ofrecer puestos de trabajo. En un inicio el mensaje fue que iban a dar trabajo a todos los pueblos, pero eso es falso, porque ellos se limitan – y tienen todo el derecho – de trabajar con las comunidades donde abarca su concesión, el problema está en que han creado una falsa expectativa en muchas poblaciones indígenas, inclusive, han creado nuevas organizaciones indígenas, distorsionando el trabajo de las que ya existen. En el buen sentido de la palabra, han engañado. Entonces la gente lo que ha hecho es protestar, la protesta del 4 de mayo del año 2009 - antes del Baguazo-, cuando las comunidades indígenas del medio del Napo cerraron el río, justamente fue en respuesta a ello, porque se sintieron engañados. Desde esa fecha hasta ahora las comunidades en donde las empresas están trabajando son beneficiadas con pequeños proyectos, pero las otras se sienten engañadas.
En segundo lugar, existen embarcaciones que nunca han aparecido en estos últimos tres años, ahora ingresan motores fuera de borda a elevadas velocidades, esto ha perjudicado mucho el ritmo de vida de la gente. Da la impresión que la empresa Perenco ha entrado en convenio – me atrevo a decir – con algunas comunidades para no hablar acerca de lo que están haciendo al fondo, donde está el lote, pero lo que nosotros conocemos son por testimonios de gente que ha trabajado para la empresa y es que todos esos desechos los están vertiendo a unas cochas, a unas quebradas, como sabemos esas cochas desembocan en el río. La gente se está dando cuenta que la flora y la fauna están siendo afectados, a la par existe la presencia de madereros ilegales y ese es un gran problema. Otro cambio que la gente ha notado es que por el tema de los madereros y de las petroleras hay mucha gente que ha venido desde otras partes del Perú a vivir en esas comunidades. Una comunidad indígena se caracteriza por ser un grupo de cinco, seis familias y hacen una pequeña comunidad, ahora han crecido las comunidades enormemente estamos hablando de 150, 200 familias muchas de ellas mestizas, de Madre de Dios, de Pucallpa entonces esto crea un cambio en muchos sentidos. Paralelamente al tema de la madera está el tema de las dragas brasileras y peruanas que han ingresado al Napo, lo que nosotros estamos haciendo como Iglesia es hacer trabajo de prevención para que esto no crezca. En Santa Clotilde, por otro lado, hace tres años no había prostitución, hoy aumentó la prostitución, la presencia de gente extraña trae consigo todas estas situaciones sociales, eso está cambiando muchísimo el ritmo de vida de la gente, sus condiciones de vida. Es una situación bastante dura. Po otro lado, la zona del Putumayo es una zona entregada a Petrobras, las comunidades indígenas organizadas de la zona se encuentran preocupadas por el crecimiento de la presencia militar de parte de la Marina de Guerra, está la Policía Nacional, está el Ejército y está la FAP. Según comentarios de Misioneros se estaría implementando una villa militar en la zona del Putumayo. ¿Qué tanto ayuda las Fuerza Armadas a las industrias extractivas?
Frente a ello ¿qué dicen los gobiernos locales o regionales?
Existe un acuerdo de gobernabilidad firmado en agosto del 2010 con los cinco candidatos a la alcaldía en donde se exige al alcalde – que saliera electo - se pueda trabajar ciertos puntos en beneficio de la gente. Este fue un acuerdo trabajado por la misma gente, por los tenientes gobernadores, los Apus, los jóvenes, los representantes de las mujeres. El Sr. Manolo Piñán que es el alcalde del Napo se ha comprometido empezar a trabajar en el tema de educación, ya que no existen profesores que cumplan sus labores en las zonas de las riveras. De otro lado estamos enseñándoles a las comunidades que debemos priorizar el tema de presupuesto participativo para que ellos puedan pedir lo que están necesitando, para que las propuestas salgan de la gente. Y también el tema de la contaminación y el cuidado de nuestros ríos.
El Sr. Piñán ha enviado unas cartas tanto a Repsol como a Perenco, lamentablemente, las empresas no han respondido al llamado de diálogo del alcalde. Nosotros queremos trabajar con la empresa desde el punto de vista de la responsabilidad social, si bien es cierto, la empresa ha puesto un buque tópico y ha hecho un triple convenio con la Marina de Guerra del Perú, el Gobierno Regional, en este caso la Dirección Regional de Salud de Loreto, y Perenco para poner un buque tópico y atender a las comunidades. Los pobladores dicen que este buque tópico lo único que hace es dar pastillas como Paracetamol, y unas más para calmar el dolor y extracción de muelas, nada más. No pueden tener los pobladores otro tipo de atención, entonces no vemos como algo responsable la presencia del buque tópico, porque nosotros como misión tenemos a cargo – además de los colegios – la Micro Red Napo, la Micro Red de Salud que tienen 25 años trabajando ahí como médicos y tenemos acuerdos concretos para trabajar el tema de salud, pero este triple acuerdo, no nos permite como Micro Red. El tema de la responsabilidad social nos preocupa.
Y como misión ¿cuáles son sus mayores preocupaciones?
Nos preocupa el tema de la consulta, estamos trabajando muchísimo con las poblaciones sobre su derecho a ser consultados. El tema de la consulta y del Convenio 169 ha empezado a trabajarse en la Amazonía y en el Napo, pero no es suficiente. Paralelamente nos preocupa el tema de la territorialidad, hay algunas comunidades que no son indígenas, son rivereñas y no tienen el título de propiedad por eso son más vulnerables. La otra preocupación es como proteger a las comunidades indígenas no contactadas como los waorani que tienen zonas en la reserva que está entre Perú y Ecuador y por esas zonas estas comunidades no contactadas caminan, entonces queremos ver cómo protegerlas, creemos que no es suficiente. (CB)
+ DATOS:
Desde que llegaron a la zona, los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, se hicieron cargo de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción en la localidad de Santa Clotilde y una sus primeras tareas fue recorrer los pueblos de su jurisdicción, que tiene aproximadamente 450 km y que va desde la frontera del Ecuador (el pueblo de Pantoja) hasta pueblos cercanos a Mazán que es el otro distrito en el Napo, aproximadamente 125 pueblos con el fin de escuchar y recoger las preocupaciones de la gente y así encontrar situaciones similares entre las comunidades para poder fortalecer sus organizaciones.
En un caso particular las comunidades se organizaron y entablaron un juicio contra una dueña de unas dragas y ganaron, porque la Procuraduría del MINAM le dio la razón a las comunidades y esas dragas ya han sido expulsadas del Napo, pero ahora están en el Putumayo.